Por: Laura Maldonado Acosta
Hoy me he levantado con ganas de dar un aire musical
a este día, y no lo hago de manera inocente, sino más bien para poner de
relieve un entramado social que aun siendo concebido en el siglo pasado, en la
década de los 90, persiste de la manera más peligrosa posible: desde el
silencio, estando presente en los corazones, la conciencia y el accionar de
muchos, inclusive de muchas.
La violencia sutil y maquillada a la cual se
encuentran sometidas las mujeres que hacen vida en los espacios públicos,
especialmente en las altas esferas, está más presente que nunca; están y no están,
es la gran dicotomía, la voz como representación de un eco lejano en los oídos
de aquellos que dicen "escuchar" para hacer congruente su imagen con
lo que se espera de ellos, pero jamás con sus verdaderos deseos. Hay quienes lo
hacen conscientemente y quienes no, lo cierto es que me cuesta indicar cuál de
los dos resulta más peligroso.
La música y letra encargada de amenizar estas
palabras —para quien así lo considere— está a cargo del grupo Los Prisioneros, en una de
las piezas más reconocidas, y de más está decir: polémica, como lo es Corazones rojos. Resulta importante
destacar que el momento histórico en el cual se edita Corazones, albúm que recoge esta pieza, es sumamente importante
para comprender la carga emocional de sus letras: el 11 de marzo de 1990 en el
nuevo congreso ubicado en la ciudad de Valparaíso, Patricio Aylwin da inicio al
‘proceso de transición’ a la
democracia, quien pactó junto a la derecha económica y política un Chile
totalmente acorde al nuevo orden global. Aylwin fue el primer presidente
democráticamente electo tras el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973,
en el que fue derrocado Salvador Allende y se instauró el Régimen Militar
encabezado por Augusto Pinochet.
En este contexto histórico, signado por elementos de
carácter político, Jorge González, integrante de la banda musical Los
Prisioneros, en muchas entrevistas ha dicho que en Corazones sus preocupaciones parten más de una experiencia
marginal. Pero no sólo del marginado social, sino del lado del homosexual, del
drogadicto, del desdichado, del descarriado, y de la mujer, como es evidente en
Corazones Rojos. Si hay un tema que define lo micro político de forma más explícita,
ese es Corazones Rojos. Quizás es en
donde González es el Prisionero de los 80, sin embargo, lo es desde todo un
ángulo de resistencia minoritaria. Corazones
Rojos es una burla al machismo, en este caso de la sociedad chilena, pero que
en la realidad no le pertenece únicamente a ésta. Representa un análisis
micro-social contundente, planteado desde la mirada del hombre, con un aire
déspota.
Es mi intención, compartir esta letra para la
reflexión, tomada por analogía para reflejar el tipo de luchas que las mujeres
han tenido y tienen aún que enfrentar. Considerando, no como único, pero si uno
de los más significativos, aquel fatídico hecho ocurrido el 8 de marzo
(discutible) de 1911, que costó la vida de más de 140 mujeres, quienes quedaron
atrapadas en un incendio originado en una fábrica de algodón ubicada en Nueva
York. Se comenta que las puertas estaban aseguradas con candados para tener
control de las mujeres ante cualquier acción de protesta y, que al presentarse
el incendio, quedaron atrapadas. Lo importante, en todo caso, es que con esta conmemoración
se reconoce el papel histórico que ha representado la mujer en la lucha por la
reivindicación de la equidad social (Delgado de Smith, 2015). Puede observar el vídeo a continuación:
Para revisar la letra: Letra, Corazones Rojos
Para culminar, les dejo mi reflexión, desde lo más
profundo de mi corazón: Mujer no seas objeto, reivindica, como a lo largo de la
historia se ha hecho, tus derechos como sujeto, desde la confrontación de las
ideas, dale poder a tu voz y sustenta con argumentos, los tienes y debes apelar
a ello. Que sepan que estas allí, que has estado allí y que jamás dejaras de
estar. Ama, cuida, protege, consiente y atiende con todo tu ser a tus amados
tesoros —compañer@s de vida, hij@s, madre, padre, herman@s,
amig@s, compañer@s— con el mayor de los esmeros,
como solo tú lo sabes hacer, pero no permitas ¡jamás! que te excluyan de la
posibilidad de recibir de vuelta todo aquello que te engrandece
excepcionalmente, pero que no te pertenece exclusivamente.
Te recomiendo estos links donde pueden ampliar
elementos que se han considerado acá:
1. Sobre temas de mujer y muchos más:
2. Un poco más acerca de los prisioneros y su albúm
Corazones:
Gracias MIL, por el tiempo dedicado a la lectura…